martes, 6 de septiembre de 2011

Yo soy la Vid, Segunda Parte


En el posteo anterior mencioné el Templo de Salt Lake y el de Winter Quarters como aquellos que poseen el símbolo de la viña, para enseñar por medio de él sobre el rol de Jesucristo, según las escrituras. Pero también se encuentra este símbolo en otros Templos, uno de ellos es el Templo de Kirtland, que en su interior ramas de parras o viñas decoran dinteles, bellamente tallados, tras el púlpito del este del segundo piso.

También, y quizás más importante por ser la fuente de la simbología. Con la ayuda de la arqueología se ha descubierto que en el Templo que Salomón construyó se encontraba decorado en el frente por enormes viñas colgantes doradas, y llevaba racimos de uvas de oro del porte un hombre (Lawrence Sporty, Identifying the curving line on the Bar-Kokhba Temple Coin).

Además de representar al Señor, como ya lo traté en el posteo anterior, la viña tiene otros valiosos significados o recordatorios, algunos de ellos son:

Era un símbolo de la tierra prometida.

"tierra de trigo y cebada, y de vides, e higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel;” (Deut. 8:8)

“Y Judá e Israel vivieron seguros, cada uno debajo de su parra y debajo de su higuera, desde Dan hasta Beerseba, todos los días de Salomón.” (1 Reyes 4:25)

“Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien los amedrente, porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado.” (Miqueas 4:4)


Recordatorio de nuestras responsabilidades

Cómo obreros de la viña del Señor, nos corresponde trabajar con diligencia. Al ser nosotros los pámpanos nos nutrimos de de la sabia del Señor, y esta nutrición es para bendecir al resto del mundo con las bendiciones del evangelio.

“Porque he aquí, bendeciré con poderosa bendición a todos los que obraren en mi viña, y creerán en sus palabras que por mi conducto le son dadas por el Consolador, el cual manifiesta que Jesús fue crucificado por hombres inicuos, por los pecados del mundo, sí, para la remisión de pecados al de corazón contrito.” (D y C 21:9).


Símbolo de Redención

La uva es la materia prima original del Convenio Sacramental. El Señor tomó de su producto y lo bendijo, compartiéndolo con sus discípulos. Así lo hizo con los nefitas y lo ha mandado restaurar en esta dispensación, 
aunque ha permitido su reemplazo.

“He aquí, así me parece sabio; por tanto, no os maravilléis, porque la hora viene cuando beberé del fruto de la vid con vosotros en la tierra;” (D y C 27:5).


0 comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...