El hermoso nuevo Templo mormón de Guatemala en Quetzaltenango está decorado bellamente con elementos que conducen a la mente a pensar en Edén, el primer Templo sobre la tierra.
Uno de estos elementos son unas líneas en forma de zig-zag en uno de sus muros, las cuales son muy semejantes a las figuras en el interior del Templo de Kirtland, que al costado de cada una de las cuatro escaleras de 33 peldaños, mostraban esta forma zigzagueante.
Detalles en los muros del Templo mormón de Quetzaltenango, Guatemala |
Es la misma forma que los egipcios utilizaban para representar el agua, en forma genérica. Lo podemos encontrar en el facsímil 1 de Abraham en la figura 12 que José Smith interpreta como el firmamento, siendo el cielo para los egipcios un gran río que cruzaba Ra en su viaje diario.
Esta figura en los templos lleva inmediatamente a pensar en el paraíso, Edén, donde había una gran fuente de agua que se repartía en cuatro grandes brazos o ríos para cubrir la tierra (Génesis 2:8-14; Apocalipsis 22:1-2). Es posible que la ubicación de los bueyes en grupos de tres bajo el mar de bronce tuviese la intención de representar la distribución de las aguas de la fuente de Edén (2 Crónicas 4:2-5).
Ezequiel ve en una visión aguas que brotan desde el Templo formando un gran río que trae sanación al mundo (Ezequiel 47:1-12; Joel 3:18). Considerando esto y además que los Templos fueron decorados para representar a Edén podemos hacer una conexión con estos símbolos en el Templo mormón de Quetzaltenango.
El agua era un elemento muy necesario en los Templos antiguos pues era requerido a los sacerdotes antes de oficiar lavarse ceremoniosamente en el Mar de Bronce (Éxodo 29:4). Además tenemos la promesa de quien sirva al Señor en justicia participará “de la fuente de agua vivía” (Apocalipsis 21:6; 22:17; Alma 5:34).
Las aguas vivas son un símbolo del mismo Salvador, las escrituras relacionan a Cristo como la “fuente de aguas vivas” (Jeremías 2:13; Juan 4:10-14; 7:37-38; Eter 12:28).
Roberto
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